Dicen que hace 2000 años una persona con mucho poder cuyo nombre no ha sido revelado desde aquel año por lo tanto se desconoce,mandó a hacer un laberinto, de unos 9.065.000 km².No era un laberinto cualquiera, sino que era un laberinto que pensaba, oia y escuchaba los pensamientos. Pero el porqué de esta orden de construcción no fue revelado tampoco. Se cuenta que en el antiguo desierto del Sahara bajo sus remotas arenas sigue viviendo el laberinto secreto.
-¿Te imaginas Alberto cómo debía ser ese laberinto, cómo se ha construido y cómo se ha hecho para crear un laberinto con estas características tan intrigantes?-dijo José-
- No creo que esas historias sean verdad, tampoco creo que un laberinto hable ni escuche ni esas tonterías.-dijo Alberto-
-Pues yo creo que es posible ¿no puede existir un laberinto así con la de cosas extrañas que pasan y que existen en este mundo?
-Sí, tienes razón, pero sigo pensando que eso no son más que leyendas que la gente del pueblo se inventa.
Ese mismo día Alberto y José, que son hermanos,se mudaron por asuntos de trabajo. Su nueva casa es muy vieja y lleva mucho tiempo deshabitada y necesita unas cuantas capas de pintura, y una mano de limpieza.
Pasado un mes en esta casa los chicos cada noche oían unos fuertes golpes que venían de la planta baja de la casa, sus padres no les creían, solo estaban ellos dos y lo escuchaban mutuamente. Decidieron una noche seguir esas vibraciones del sonido que emitían los golpes. No eran golpes normales, eran golpes más bien de cuando alguien está muy enfadado y se pone a pegar patadas a aquello que encuentra por delante. Siguieron los pasos de las vibraciones y llegaron a una puerta que nunca habrian visto. Tenía un aspecto horroroso. Era de metal macizo y tenía muchas escrituras como en árabe. Abrieron la puerta y una enorme ráfaga de viento les vino a la cara. Siguieron hacia adelante y un estallido muy fuerte se escuchó y en muy poco tiempo lo que antes eran paderes de piedra en la habitación se convirtió en montones y montones de arena.
Se miraron el uno al otro y dijeron.
-Alberto pero ves lo que ha pasado, es muy raro,¿que ha pasado exactamente?
-José pues no tengo ni la menor idea de qué es esto, qué es esta habitación ni dónde estamos.
-Es evidente que estamos en un desierto!
-Sí, eso parece, pero ¿qué hace un desierto dentro de una habitación de nuestra casa?
- Creo que esa puerta no era una habitación más sino que creo que es un tele transportador que une nuestra casa con el desierto.
- ¿Alberto, recuerdas el libro que leímos el mes pasado en la biblioteca?
-Sí, el de el laberinto del Sahara.
-Pues creo que estamos en el Sahara.
-Tienes razón.
De pronto la tierra empezó a temblar y los dos cuerpos desaparecieron tragados por la arena. Los chicos parecía que estaban bien pero no sabemos qué ha pasado. De pronto abrieron los ojos y vieron una puerta con grandes escrituras, esculturas, dibujos y detalles muy bien hecha, parecía de oro macizo. La puerta estaba cerrada y a los chicos no les hacía mucha gracia seguir con la expedición, después de lo que les ha pasado, pero se abrió la puerta. Parecia que lo que vieron era un enorme jardín y en efecto, era el laberinto del Sahara. La puerta se cerró y los dos chicos quedaron ausentes del exterior. No podían ni retroceder ni intentar adentrarse en el laberinto ya que leyeron que es casi imposible escapar de Él. Pero no les quedaba alternativa, sabían que todo laberinto tiene un final, aunque cueste encontrarlo. Así hicieron, entraron al laberinto y una ráfaga de viento fregó sus pálidas caras de miedo. Una espesa niebla les tapo la vista, pero debían seguir el caminando, anduvieron quilómetros pero no consiguieron ayer la salida. Se guiaban por un enorme árbol que se veía a lo lejos y decidieron ir al árbol a ver si encontraban alguna pequeña pista. Cada vez se desvanecían más y quedaban sin esperanzas pero, en un cierto momento Alberto cayó, por una raíz enorme y vio un pequeño símbolo, era como una especie de libro, que contenía muchas letras, lo rozó con las manos y un enorme estallido salió de la nada un enorme pasadizo se abrió ante sus ojos y ponían flechas indicando un camino, el laberinto cerró todas las salidas y sólo quedó el pasadizo que a simple vista parecía sin fin. Anduvieron quilómetros, tal vez millas, pero por fin llegaron a una salida, esa salida les condujo a una sala donde habían una serie de instrucciones. Ahí explicaba todo lo que se debia hacer para escapar del laberinto y el porqué de la creación del laberinto.
"Este laberinto fue diseñado para poder dejar en el mundo solo gente con el corazón puro y sin malas intenciones, si llegaste a esta sala ha sido porque eres una persona con un corazón muy puro y sin malas intenciones en el mundo, ahora os indicare el camino hacia la salida."
Pero el texto no seguía.De pronto un portal se abrió y al entrar todo era un simple pasillo largo, iluminado por antorchas y guiado por la voluntad del laberinto. Por ese pasillo pudieron llegar a un portal de oro, se abrió y llegaron a la sala donde todo empezó.
-¡Ha sido impresionante!
-Sí, esto demuestra que somos personas con gran corazón.
-Es verdad, no sé, me da la impresión de que el laberinto quería que nos pasara esto
Fin
Autor: Ivan
El Laberinto
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